Destino:La Camarga salvaje

El pueblo nómada

Situado en Pont de Gau, este espacio natural de 60 hectáreas está salpicado de balizas y observatorios. En el centro de los juncos, podrá observar muchas especies animales: becadas, cigüeñas y coipús que se mueven libremente. Se han construido dos senderos de 2 y 4 km en medio de las marismas para que pueda contemplar estos animales lo más cerca posible. A las 18h30, los flamencos rosas alimentándose es un espectáculo por si solo.

La entrada es válida todo un día. Así que puede pasear por la mañana y volver más tarde. Se puede entrar al parque hasta las 19 h, pero en cambio no existe horario de salida. De ese modo podrá contemplar la fauna hasta la puesta del sol.

Cowboy a la francesa

Sobre una silla de montar, para un paseo diferente al corazón de las salinas de la Camarga. Debido a la presencia de un alga en el agua de abril a septiembre, las salinas crean una capa rosa, lo que da un aspecto mágico a este paisaje único en el mundo. A caballo es la forma ideal de explorar los rincones ocultos de la Camarga salvaje. En medio de las salinas, se cruzará seguramente con animales salvajes como pollas de agua, coipús, cigüeñuelas…

También tiene la posibilidad de recorrer las salinas tomando un trenecito que incluye una visita de 1h15 con parada en el museo y una segunda parada para trepar a una camelle (=montaña de sal).

Rodeo

Monte en la parte trasera de un pick-up o en un remolque acondicionado para una escapada diferente, en medio de una manada de toros. Conozca a los guardianes, los jinetes de la Camarga que doman a los poderosos bovinos. La mayoría de las manadas de la Camarga ofrecen el mismo programa, a saber: demostración de la clasificación de los toros y de monta a caballo, visita de la explotación... Incluso se puede prolongar el día con una comida típica de la Camarga que lleva en el menú: tapenade, alioli y la famosa gardiane (= carne de toro estofada), todo animado con música gitana. ¡Un auténtico placer!