Destino:El Golfo de Morbihan

La jugada del menhir

Deténgase en Carnac para descubrir los cerca de 3.000 menhires erigidos entre 5.000 y 2.000 aC en los yacimientos de Ménec y Kermario. Los amantes de la historia del Paleolítico estarán encantados de recorrer los 4 km de senderos que bordean las alineaciones. Una visita guiada de aproximadamente 1.15 h le descubrirá los numerosos misterios que circulan en torno a estos yacimientos megalíticos. También podrá efectuar la visita en un trenecito, ¡para gran deleite de los niños!

Es interesante saber que se puede acceder a las alineaciones gratuitamente de octubre a marzo, pero que son de pago de abril a septiembre.

La perla del Golfo

Cuando desembarque después de una corta travesía en lanzadera desde Port Blanc, solo tendrá que montar en la bicicleta. Esta isla tan especial en forma de cruz le ofrece un agradable día de paseo por los 14 km de senderos que bordean los parajes naturales. Durante su recorrido atravesará varios yacimientos neolíticos, incluido el Cromle'ch de Kergonan y el dolmen de Pen Hap al sur de la isla. Aproveche La Grande Plage para hacer una parada y zambullirse después de un picnic en el Bois d'Amour. No dude en detenerse en los pueblos de pescadores para ver un poco más de cerca esas típicas casas blancas con sus postigos azules. Para procurarse una bicicleta, ¡tiene muchas opciones! Muchas empresas de alquiler están situadas cerca del embarcadero. No olvide recoger un mapa de la isla directamente en la oficina de turismo.

Ciudad de arte e historia

La visita a Vannes comienza frente al puerto, cerca de la plaza Gambetta. Tómese su tiempo para sentarse en un banco a la sombra de los fragantes tilos y frente al mar, para observar la danza de los barcos que salen del puerto. Después de ese momento de tranquilidad, entre por la puerta de St Vicent para un viaje fuera del tiempo a través del corazón de la ciudad vieja. Por el camino, se cruzará con testigos del pasado, como las coloristas casas de entramado de madera o las auténticas murallas que bordean el centro histórico. Piérdase por los callejones sin rumbo fijo para contemplar el decorado. Para terminar la visita, descienda a los jardines situados al pie de las murallas. Descubrirá una lavandería de la época situada a orillas del arroyo que bordea este parque colorista: ¡es el lugar ideal para tomar sus fotos de recuerdo!

Un paseo por tierra yodada

Necesitará al menos un día para recorrer toda la península de Rhuys. Para comenzar, diríjase al oeste hacia Arzon. Recién renovado, el molino de Pen Castel, funcionaba en el pasado con el movimiento de las mareas. Entre en el interior del monumento para ver exposiciones de pinturas, esculturas e incluso jeroglíficos por descifrar. En el exterior, el espectáculo del agua que pasa por debajo del molino es magnífico, sobre todo durante las grandes mareas.

Continúe su camino hacia el Cairn du Petit Mont. Culminando a 36 m del océano, ofrece vistas panorámicas de las islas de Morbihan. Este imponente monumento neolítico construido hace más de 6.000 años sirvió como santuario cuando fue construido, pero también como búnker durante la Segunda Guerra Mundial. ¡Tome un tour guiado para conocer todos los detalles de este sitio que ha atravesado todos los tiempos!

Para proseguir la aventura, recorra el pueblo de Sarzeaux para contemplar su majestuoso castillo, St Gildas de Rhuys donde podrá conocer a sus famosos artistas y St Armel para una visita gastronómica a la fábrica de galletas de Vénètes... ¡Hay tanto por descubrir!

La felicidad está en el plato

Los gourmets no se sentirán excluidos en el Golfo de Morbihan. No hay nada más típico que saborear las especialidades locales en un restaurante frente al río mientras se observan las idas y venidas de los barcos en el puerto de Auray. A la hora de comer, pida una crepe de andouille de Guémené, un embutido exquisito que ha ha dado fama a Bretaña. Si tiene hambre durante el día, compre un niniche de caramelo con mantequilla salada en una confitería. ¡Esta divertida piruleta es una especialidad de Quiberon! Por la noche, acomódese en la terraza de un bar y pida sardinas a la parrilla con una crepe de trigo de postre... ¡Seguro que disfrutará!